29 de Abril de 2012.

El teatro Circo de Marte cerró Abril con un broche de oro “Senderos de gloria”.

Por Omar Hernández

Crítica negativa, esta vez para el público, por el derroche de arte que dejó escapar en esta ocasión, eran más numerosos los asientos libres que los que habían sido ocupados.

Siendo las 20:34 horas, y sonando el último aviso para el inicio de la función a la que asistimos hoy, “Senderos de Gloria”, una obra que aunque llega dando los últimos coletazos de su gira, y tras haber acumulado numerosos premios, se muestra en La Palma con una frescura y seguridad, como si de la primera función se tratara, algo que la hace merecedora de una crítica algo más que aceptable.

Francia, 1916, el ataque suicida del ejército francés contra las posiciones alemanas, un punto estratégico de vital importancia para el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, se convierte en un fracaso estrepitoso. Para escarmentar a las tropas con un castigo ejemplar, el general, uno de los principales responsables del ataque, convoca inmediatamente un consejo de guerra: tres soldados elegidos al azar por sus superiores son acusados de cobardía ante el enemigo y se enfrentan a la pena de muerte.

El director de la obra, Nacho Almenar, supo darle variedad a la obra con una distribución que rozaba la genialidad, destacándola como una obra elegante y con un mensaje de crítica brutal a la lógica implacable de la jerarquía militar y al horror de la guerra. Estudia y analiza el funcionamiento del ejército y los valores morales e ideológicos que defienden sus principales responsables.

El grupo de actores obtienen un interesante trabajo de montaje en los decorados, los elementos de escenografía son unos módulos que dan mucho juego y que mueven ellos mismos mientras las escenas continúan sin descanso, con movimientos que se integraban perfectamente con el conjunto de las escenas, algo poco visto, por lo que original.

Destacar el gran trabajo de iluminación, aportando a cada escena lo que necesitaba, jugando mucho con las sombras de la luz cenital, así como una perfecta simulación de combate apoyada con los efectos de percusión que se mostraron en directo y perfectamente acompasados con los movimientos de los actores.

Las escenas, muy correctas donde destaco la escena del consejo de guerra donde un Coronel hacía de abogado de sus tres Soldados, fue soberbia, elegante, y llena de emotividad.

Una crítica negativa, esta vez para el público, por el derroche de arte que dejó escapar en esta ocasión, eran más numerosos los asientos libres que los que habían sido ocupados.

Al finalizar la función, pude conversar con el director y con el equipo de actores, quienes manifestaban la preocupación por la actual situación de apoyo a la cultura en general por los organismos públicos, debido a la situación económica actual del país, lo que supone un gran varapalo en lo que se refiere a la realización de nuevos proyectos.

Como siempre, el personal del Teatro circo de Marte, dedicado al completo al público asistente y con la constante preocupación por su acomodación, a la que sin duda se merece, siempre, unas líneas de agradecimiento.

Esperando, que no merme la calidad de sus funciones, y deseando poder verles muy pronto nuevamente por la Isla, me veo en la disposición de felicitar a Burka Teatro por este magnífico trabajo, y desear desde La Revista de La Palma, un futuro cargado de proyectos.