• Hasta el 15 de septiembre de 2020. Sala O’Daly  de Santa Cruz de La Palma.

El Cabildo de La Palma ha inaugurado la exposición Geisha, de Eva Lilith Pereda. Hasta el 15 de septiembre, se podrá visitar en la Sala O’Daly. El horario de atención al público es de 11:00 a 19:00 horas de lunes a domingo, exceptuando los miércoles, que la sala permanecerá cerrada.

La obra de esta artista presenta expresiones abstractas, sin prejuicios, con la finalidad de que el entendimiento de la misma dependa de cada espectador. La autora pretende jugar con los puntos opuestos, que son equilibrios universales, ver la naturaleza en otra forma que no es la habitual, como algo intangible pero con una textura en el cuadro que pretende trasladar la sensación de protección, que es el papel que presenta la geisha.

La autora Eva Lilith Pereda también quiere trasladar con su pintura “un punto donde confluyen las artes, dejando su paso un rastro de anónimos”. Así, en la exposición se muestra una geisha, admirada y objetivizada por un semidios distante pero servicial, que hace sentir al ser humano postrado ante el ser divino. Las geishas darán la sensación de empoderamiento y forma, en contraposición a la libre textura que posee el resto del cuadro. De esta manera se consigue “una sinergia entre expresionismo abstracto y figurativo”, como explica la autora.

La consejera de Cultura del Cabildo de La Palma, Jovita Monterrey, traslada que “esta exposición trata de abstraer al público de sus pensamientos, con la finalidad de centrarse en la obra y admirar la belleza de su textura y sus colores”. Además, asegura la consejera que con esta combinación de rebeldía y orden se podría llegar a entender lo que la autora quiere expresar.

Por su parte, Eva Lilith Pereda asegura que su pensamiento “es una rebelión contra las cárceles internas, los roles que nos encierran, las cadenas de la imagen. El abstracto es lo contrario a eso, es la esencia misma, libre de anécdota. En él espero vestirse, dormir, ser definida”, asegura la autora.

La geisha es un punto donde confluyen las artes, dejando a su paso un rastro de antónimos. Pareciera un semi-dios distante pero servicial, para que los hombres sientan ante ellos postrado a dios. Admirada y objetivizada, la Geisha se define de contrastes.
Pero los opuestos son equilibrios universales y las he empujado a ser engullidas por la propia naturaleza del abstracto, regurgitadas como entes intangibles, protegidas por ese algo inerte orgánico en explosión.
Por eso les estoy creando un séquito de texturas con presencia.

Mi pensamiento es una rebelión contra las cárceles internas, los roles que nos encierran, las cadenas de la imagen. El abstracto es lo contrario a eso, es la esencia misma, libre de anécdota. En él espero vestirme… dormir en él… ser definida por él.

Y las Geishas van a hacer conjuntos con diferentes obras abstractas, que les he creado para empoderar a las libres texturas que las contienen.

Una sinergia entre expresionismo abstracto y figurativo.