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HOMENAJE AL DRAMATURGO ÁNGEL CAMACHO EN LA BIBLIOTECA DE TEATRO

Jueves 24 de Noviembre de 2011.

A las 20:00 horas en la Biblioteca Municipal de Teatro Antonio Abdo. S/C de La Palma.

Homenaje al dramaturgo Tinerfeño Ángel Camacho.

La Biblioteca Municipal de Teatro Antonio Abdo organiza un acto de reconocimiento a Ángel Camacho, decano de los dramaturgos canarios y uno de los autores teatrales más personales y de mayor solidez de cuantos han nacido en el Archipiélago. Creador de una extensa producción que ha recorrido numerosos escenarios de nuestro país, Camacho ha abordado prácticamente todos los géneros: comedia, drama, teatro infantil…

Será un acto sencillo pero emotivo en el que contarán con la presencia del autor,  repasarán su extensa dedicación al teatro y se interpretarán fragmentos de sus obras.

Ángel Camacho Cabrera, nace en  Santa Cruz de Tenerife el 19 de enero de 1935. Licenciado en Derecho por la Universidad de La Laguna. Su actividad literaria la ha volcado exclusivamente en el Teatro, tanto para adultos como para niños, estrenando más de 30 obras (Canarias, Península, Venezuela y Bélgica) Cuenta, además con 5 lecturas dramatizadas y más de 40 publicaciones (en libros, periódicos y revistas culturales) Es uno de los dramaturgos más galardonados de Canarias.

Le han sido otorgados los siguientes Premios: Nacional Azorín de la Diputaciónde Alicante (1969), Premios Francisco Martínez Viera (1972 y 1981), Premio de Teatro de Autor (1985), Premios IV y V Certamen de Teatro Breve de Santurzi, Vizcaya (1985 y 1987), Premio Escuela Municipal de Teatro de Santa Cruz de La Palma(1988), entre otros.

Ver más sobre las obras de Camacho.

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Antes que otra cosa, Ángel Camacho Cabrera es un dramaturgo alarmado. Alarmado por las circunstancias, por el espacio, por la historia, por la duda y hasta por la realidad más próxima. Los timbres de alarma, los silbatos de alarma, los claxons de alarman inundan su escenario del modo más sustancial posible. Incluso, esa alarma puede estar representada por personas, pero asimismo por símbolos o por imágenes. Todo esto quiere decir que este estado de alarma, al fin y al cabo, no viene a ser sino la interpretación a través de la farsa, de la pantomima y del monólogo interior de la crónica que estamos aguantando, la que el dramaturgo ve, siente o verifica, la que él traduce a unas formas teatrales dadas que van desde el absurdo más impuro al alegato más incoherente y al montaje más distanciado. La crítica, la sátira y la censura se dan por añadidura, o, mejor, por el juego metafórico o, simplemente, por la significación de la palabra más inconexa. 

Nuestro autor tiene una especial preferencia por la farsa, el juego, el símbolo, lo cómico, sin duda, pero ambiguo, equívoco o lúdico. Parece que nos acercamos a una cierta juerga de tablado, un tira la piedra y esconde la mano, una versión muy personal de la situación histórica española, un indiscutible afán crítico de disconformidad, pero al mismo tiempo, un deseo muy reiterado de esa fiesta que puede terminar tirándose los trastos a la cabeza. Lejanas influencias del teatro del absurdo, a veces muy patentes, de Ionesco a Samuel Beckett o Arrabal, o del esperpento y la tragedia grotesca nacional. En resumidas cuentas, Ángel Camacho Cabrera es un dramaturgo de hoy que busca una forma definitiva de ejecución, unas estructuras más suyas y esa indiscutible comunicación con un público mayoritario que está dispuesto a entender todo lo que dice, exhibe o sugiere, con su facilidad de diálogo, el acontecimiento abierto o la respuesta con su connotación contemporánea. Es uno de tantos comediógrafos españoles en régimen de paro forzoso, por tantas razones conocidas, sin subsidio además. De todas maneras, él no se detiene, se representen o no sus obras, y espera el momento de volver al quehacer del escenario cuando las circunstancias sean otras, aquí, en estas islas, con más propicios directores de escena,´las autoridades y el público con la misma mentalidad foránea trasnochada, aunque unos sean de la derecha y otros de la izquierda.

Domingo Pérez Minik (1903-1989), el gran maestro de la crítica literaria.

Introducción a «La mecedora», «Los cantos de las sirenas», «Los huéspedes»
Ediciones Nuestro Arte. Santa Cruz de Tenerife, 1977
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